Ahora que ya sabes cómo hacer un pitch triunfador, y que lo tienes interiorizado, y que lo has practicado, llega el día de triunfar.
Fase II. Exponiendo tu pitch.
1.- Los preparativos de tu imagen
Si el pitch es por la mañana, esa noche duerme las horas que necesitas normalmente. Procura que los nervios no te quiten el sueño, olvídate de mañana, y no recurras a la química. No vas a poder brillar si vas con cara de cansado/a, con ojeras o con sustancias ansiolíticas o euforizantes.
Ya sabes quién será tu audiencia, así que has de proyectar tu imagen en consecuencia. Para un target determinado necesitas ir con traje y corbata, y para otro, más casual, un tejano con americana puede ser adecuado. En función de tu apariencia, y de tus actos en los primeros 5 segundos, tu público ya te habrá etiquetado, es lo que se llama ‘primera impresión’. Hoy es un día que toca extra de desodorante, y cero de perfumes.
Si el pitch es después del mediodía, come copiosamente, un primero y un segundo plato pesado, y acompáñalo de un par de vasos de vino, y luego un hipercalórico postre y copa. Verás que bien que te sientes. Es coña, ya sabes que eso solo se permite en las fiestas de guardar.
2.- Domina el espacio
Acude al lugar del pitch con anticipación, evitarás nervios por tener que buscar aparcamiento o con los retrasos del transporte público. Evita ir con prisas, corriendo, sudando, …, te dará tiempo de ir a visitar al señor Roca.
Intenta acceder al espacio donde harás el pitch, y, en el caso de ponencias o conferencias, si puedes, paséate por el escenario. Hazte un mapa mental del espacio de la sala, de la distribución de los asientos, pasillos, puertas de entrada, orientación de la iluminación y del atrio. Si no tienes muy claro donde están los peldaños para subir al escenario y la iluminación no ayuda, tu integridad física y tu orgullo pueden sentirse heridos al ir a bajar. Pon el móvil en «modo avión».
En una reunión, cuando te hagan pasar al despacho o sala de reuniones, si hay alguien, después de saludar pregunta por el lugar donde sentarse. En caso de que estés solo, si puedes escoger, busca el lugar en donde tengas mejor visibilidad de todo el entorno, a poder ser con tu espalda a una pared, mejor que al contraluz de una ventana o cristalera. No te instales, no es tu casa. Cuando lleguen tus anfitriones, levántate, saluda, y pregunta por la silla en la que sentarte.
3.- Controla el nerviosismo de tus nervios
Normalmente no se siente miedo cuando hablamos en público, ya que es un acto cotidiano que hacemos a diario con compañeros y amigos, al ir a comprar a una tienda, en nuestras relaciones sociales. Las personas tienen miedo porque visualizan los peores escenarios posibles: ponerse nervioso, quedarse en blanco, no cubrir las expectativas o no estar a la altura de otros oradores. No te preocupes por ponerte nervioso, lo normal es que los demás no lo noten. Se positivo, visualiza un pitch impecable o convéncete que sabrás reaccionar adecuadamente ante cualquier imprevisto. Si vas convencido de que la vas a cagar, la cagarás!
Controla el nerviosismo dirigiéndole tu mirada a algún conocido que te transmita confianza, o mira al fondo de la sala.
4.- Comunica fluidamente
Habla a una velocidad natural, o mejor más lento, y en un tono alto y claro. Que tu comunicación no verbal sea coherente al mensaje que estás transmitiendo. Procura no ser monótono, haz cambios de tono y volumen, muévete por el escenario y gesticula. Respeta al respetable que se queda dormido, hay gente que tiene mucha vida nocturna. Si llegas tarde, te equivocas, te suena el móvil, … no te disculpes ni des excusas, no queda bien. Vigila los …ahh.., ..emm.., estooo… y las coletillas.
No te preocupes si se te olvida algo, si eres hábil, recupera el tema, pero si no, déjalo, nadie conoce tu guión ni lo va a echar en falta.
Reparte el contacto ocular entre el mayor número de asistentes, que unos pocos no sean los elegidos. Recuerda que las preguntas y las encuestas «por curiosidad» hacen participar a tu audiencia y aportan dinamismo al pitch.
5.- El comienzo y el final
El comienzo y sobre todo el final del pitch son muy importantes. Un mal pitch con un final espectacular, lo arregla todo.
Al inicio, intenta anticiparte a tu audiencia en las primera preguntas o dudas que les surjan, despéjalas de forma natural.
Finaliza con tu llamada a la acción, que te llamen, que te compren, que no hay nadie mejor que tu.
Piensa que no tienes por que ser perfecto, no lo son ni los «grandes» estadistas, ‘fin de la cita’.